Género, población y
medio ambiente Lilia Rodríguez
La Dimensión de Género en las Políticas y Acciones Ambientales Ecuatorianas
Silvia Vega Ugalde, 1995
Introducción
Las interrelaciones entre población y medio ambiente han sido motivo de
preocupación a nivel internacional en los últimos años. En la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro /92), y la
Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (Cairo/94), se
reconoce la complejidad de las interacciones entre crecimiento demográfico y
consumo de recursos, la distribución de las personas y las presiones que éstas
ejercen sobre su medio ambiente.
El
Plan de Acción de la Conferencia de Población reconoce que "la
satisfacción de las necesidades humanas básicas de una población en aumento
depende de que haya un medio ambiente saludable" y que "los factores
demográficos, junto a la pobreza y la falta de acceso a los recursos en algunas
regiones, pautas de consumo excesivo y de producción derrochadora en otras,
provocan o agudizan los problemas de degradación del medio ambiente y
agotamiento de recursos y, por ende, impiden el desarrollo sostenible"
El crecimiento y distribución espacial de la población pueden tener
repercusiones sobre el medio ambiente y el desarrollo humano sostenible, de
diversas formas, así como lo que suceda con el medio ambiente tendrá incidencia
en el bienestar de la población. A medida que la población mundial va creciendo
hasta niveles históricamente sin precedentes, y a medida que el ritmo de
urbanización persiste y no disminuye, es probable que las tecnologías que
agotan los recursos, los estilos de vida que generan una excesiva cantidad de
desperdicios y las prácticas económicas que a menudo entran en conflicto con la
conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible ejerzan efectos sin
precedentes sobre nuestra atmósfera, nuestras tierras y bosques, nuestros
recursos minerales y energéticos, nuestros océanos y calidad de nuestra vida
(Declaración sobre la Población y el Medio Ambiente,UNFPA1991).
Reconocer las interrelaciones entre población y medio ambiente
constituye una prioridad en el contexto de los objetivos del desarrollo
sostenible cuyo fin es el mejoramiento de la calidad de vida de toda la
población, el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. La esencia del
desarrollo sostenible es que todos tengan igual acceso a las oportunidades de
desarrollo ahora y en el futuro.
El concepto de desarrollo sostenible entraña la "obligación
moral de hacer por las generaciones que nos sucederán por lo menos lo mismo que
nuestros predecesores hicieron por nosotros. Significa igualmente que es
necesario hacer inversiones suficientes en educación, salud, de manera que
no se creen deudas sociales para las generaciones futuras". Como bien
señala el informe de Desarrollo Humano (1994) del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, "los recursos deben usarse de manera que no se
creen deudas económicas, sociales o ecológicas, al explotar excesivamente la capacidad
de sustento y producción de la tierra".
Población y Medio Ambiente: algunas
controversias
El debate de los últimos años sobre las interrelaciones entre población y
medio ambiente ha mostrado la pertinencia de tomar en cuenta otras variables en
el análisis como los modelos de desarrollo, la pobreza y las relaciones de
género a la vez que ha permitido revisar de manera crítica algunos planteamientos
acerca de esta temática. Tres temas controversiales que están presentes en este
debate:
a) "El crecimiento de la población es
la causa de los problemas ambientales"El pensamiento moderno sobre medio
ambiente ha estado influido por preocupaciones demográficas. En los años 70,
"el baby boom" (Ehrlich 1971) y varios estudios e informes realizados
sobre población y medio ambiente, al alertar sobre el impacto del crecimiento
de la población sobre el medio ambiente, formularon argumentos catastrofistas
que intentaban mostrar al crecimiento demográfico como la causa del deterioro
ambiental (Meadows, 1972).
Frente a estas posiciones se desarrollaron también otras líneas de
pensamiento que intentan minimizar el crecimiento poblacional y más bien
plantean que 'los problemas más importantes que afronta el mundo moderno
no son físicos (por escasez de recursos) sino sociopolíticos y están basados
en la desigual distribución del poder, tanto internacional como dentro de los
países en todo el mundo.El resultado es una sociedad opresiva y alienante,
asentada en gran parte en la explotación.
El deterioro del medio ambiente no
es una consecuencia inevitable del progreso humano, sino el resultado de una
organización social cimentada en valores en gran parte destructivos "
(Herrera A, 1977, citado en Maya 1993).Este debate si bien no ha concluido, ha
puesto en evidencia la complejidad de las relaciones entre población y medio
ambiente.
La población mundial actualmente asciende a poco más de 5.700 millones y
aumentará hasta el año 2.001 hasta 6.250 millones de personas. De éstos, 4.100
millones, es decir el 77% del total vive en países en desarrollo y 1.200
millones, lo que equivale al 23% en países desarrollados. El 96% del
crecimiento demográfico ocurre en los países en desarrollo, y el crecimiento
más rápido se registra en las zonas pobres (Estado de la población mundial
1994).
El crecimiento y distribución de la población, junto con todos sus
efectos en materia de recursos no es muy alentador. Se afirma que nos
enfrentarnos a la llamada revolución urbana, generada por los éxodos masivos de
población de las zonas rurales a las urbanas. Desde 1950, el número de personas
que viven en las ciudades casi se ha triplicado. Para el año 2.000 se estima
que el 77% de la población de América Latina vivirá en pueblos y ciudades. Si
las ciudades, cuyo número asciende a más de un millón continúan creciendo
rápidamente, se podrían sobrecargar los sistemas de transporte, salud,
comunicaciones, saneamiento.
A medida que crecen las ciudades, también lo hacen los asentamientos
precarios y tugurios. Para 1990 se estimaba que aproximadamente 1.000 millones
de personas vivían en condiciones de hacinamiento sin servicios básicos.
El déficit en la cobertura y
calidad de los servicios de salud, transporte, vivienda, etc, tiene efectos
específicos en las poblaciones de menos recursos. Alrededor de 13 millones de
niños menores de cinco años mueren todos los años, muchos de ellos por
problemas prevenibles y que están vinculados con el medio insalubre. Las tasas
de mortalidad de niños menores de cinco años ascienden a un promedio de 81 por
mil nacidos vivos, en comparación con 23 en los países desarrollados. Las
mortalidad materna en el mundo alcanza a 500 mil mujeres cada año, el 99% de
ellas se encuentra en los países en desarrollo.
El crecimiento de las ciudades también acarrea problemas de reducción
del espacio agrícola cultivable. La tierra agrícola de calidad está
disminuyendo en muchos países del tercer mundo, debido a que ya no puede
producir por el uso excesivo y el aprovechamiento deficiente.
El rápido crecimiento de
la población como hemos señalado brevemente, tiene efectos importantes en los
problemas ambientales. Sin embargo, el crecimiento de la población no es el
único factor. Existe una combinación de aspectos que se refuerzan mutuamente para
agravar los problemas ambientales y que tienen que ver con los estilos de
desarrollo, donde la pobreza sin duda constituye un factor esencial. "La
pobreza suele ir acompañada de desempleo, malnutrición, analfabetismo, bajo
nivel social de la mujer, riesgos ambientales y un acceso limitado a servicios
sociales y sanitarios incluidos los servicios de salud reproductiva, que a su
vez incluyen la planificación de la familia".
b) "El crecimiento
de la población no afecta el medio ambiente, lo que lo afecta es el consumo
excesivo de los países ricos" Tanto el tamaño de la población como las
pautas de consumo elevado contribuyen a aumentar la degradación ambiental.
"El Norte tiene aproximadamente la quinta parte de la población del mundo
y cuatro quintas partes de su ingreso, y consume un 70% de la energía mundial,
un 75 % de sus metales y un 85 % de sus maderas". Si todos los elementos
de la ecoesfera tuvieran un precio, en lugar de ser gratuitos, esas pautas de
consumo no podrían continuar.
Se
considera que gran parte de la degradación ambiental que se observa hoy en día
se debe a dos grupos de personas: los 1.000 millones más ricos y los 1.000
millones.más pobres. Los mayores consumidores en América del Norte, Europa y
Asia destruyen el medio ambiente indirectamente a través de su capacidad de
consumir recursos y generar vastas cantidades de desechos.. De los 2.477
billones de toneladas de desechos que se estima se generaron en el mundo en
1985, el 75% provenía de los países desarrollados y el 25% de los países en
desarrollo.
Por otra parte, los 1.000 millones más pobres se ven en muchos casos
obligados a destruir su propia base de recursos por necesidad o por falta de
opciones. En algunas regiones ecológicamente vulnerables de los países en
desarrollo, zonas áridas o semiáridas, las regiones de montaña, la pobreza
obliga a veces a cultivar terrenos marginales, a la explotación excesiva de las
praderas, a poner en riesgo la biodiversidad, a agotar los recursos forestales,
a sobreexplotar los recursos de agua, con lo que se degradan el suelo y los
recursos hídricos, de manera que se reduce la productividad agropecuaria y
aumenta la pobreza.
c) "El verdadero problema de los países en desarrollo es la pobreza.
El desarrollo económico podría resolver tanto el crecimiento de la población
como los problemas del medio ambiente" En 1974 en la
Conferencia de Población en Bucarest se afirmaba que "el desarrollo es el
mejor anticonceptivo"para significar que el crecimiento económico podría
incidir en la reducción de las tasas de fecundidad. La experiencia de los
últimos 20 años ha mostrado la fragilidad de tal argumento. Si bien es cierto
la economía mundial creció, la distribución de esos logros de bienestar ha sido
muy desigual. Las desigualdades de las condiciones de vida entre regiones y
naciones son considerables. Según estimaciones 1225 millones de habitantes de
la tierra viven en situación de pobreza, de los cuales el 35 % viven en Ámérica
Latina. Se estima que estas personas viven con un ingreso promedio de un dólar
diario y que sus tasas de crecimiento demográfico son elevadas. El crecimiento
económico en muchas regiones del mundo se ha dado a expensas de la explotación
de los recursos como los bosques, el humus, el agua subterránea, el agotamiento
de las especies, etc. La idea de que el crecimiento económico es una
condición necesaria y suficiente para reducir las tasas de crecimiento
poblacional, se origina en la suposición de que aumentos en el ingreso
percápita generan automáticamente demanda por anticonceptivos. Las evidencias
mostraron que incrementar los ingresos no es suficiente. Antes bien, es
necesario un enfoque integral que mejore las condiciones de salud, educación,
empleo, especialmente de las mujeres. El
nivel de educación influye en el número de hijos que una pareja puede desear. Este
factor es especialmente sensible cuando se trata de la educación de las
mujeres, por cuanto ésta puede favorecer decisiones informadas respecto
del número de hijos, su espaciamiento, etc. A menos que se enfrenten
los problemas de la pobreza, no se podrá garantizar el caracter sostenible del
medio ambiente, lo cual implica atender las necesidades de salud, educación,
nutrición, es decir mejorar el capital humano. "Por cuanto la acumulación
del capital humano puede reemplazar algunos tipos de recursos agotables, debe
considerarse el desarrollo humano como una contribución importante al caracter
sostenible"(Informe Desarrollo Humano PNUD 1994).
Algunos efectos demográficos sobre los recursos naturales y el medio
ambiente Pese a que no existe
suficiente información documentada sobre las complejas relaciones entre
población, recursos naturales y medio ambiente, es claro que exiten efectos
demográficos sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Señalaremos al
menos cuatro principales problemas:
a) degradación del suelo y escasez de alimentos En algunos países en
desarrollo la degradación del suelo constituye un problema central, que se
origina en las prácticas agrícolas inadecuadas a las que hay que añadir la
distribución inequiatativa de la tierra, la disminución del tamaño de las
explotaciones agrícolas, el uso indiscriminado de agroquímicos y determinadas
políticas agrícolas que privilegian los cultivos de exportación a la producción
interna de alimentos.
Se estima que cada año alrededor de 70 mil kms. de tierra de cultivo se
abandonan porque el suelo está demasiado agotado y degradado pra la producción
de cultivos. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura FAO,
considera que aproximadamente 544 millones de hectáreas es decir el 18% de las
tierras cultivables se podrían perder si no se adoptan medidas de conservación.
La extensión de la tierra para cultivos no es ilimitada, la mayor parte
de esa extensión se halla en los bosques tropicales.Los costos sociales y
ecológicos de la ampliación de la frontera agrícola son inmensos.
La erosión del suelo es una de las principales formas de degradación de
la tierra. En el Ecuador por ejemplo, una parte importante del territorio es
montañoso, mucho del cual corresponde a pendientes, lo cual hace que los suelos
sean proclives a la erosión.
Además del crecimiento
demográfico existen otros factores en especial la pobreza. Los campesinos
pobres están menos preparados para proteger el suelo, al mismo tiempo que el
aumento del número de hijos en campesinos pobres, frecuentemente asociado a la
lógica de subsistencia, presiona para mayor producción del suelo.
La desertificación es otra forma más grave de degradación del suelo. Se
estima que una tercera parte de la superficie terrestre está amenazada por este
problema. Cada año se pierden 60.000 km2 de tierras de cultivo y disminuye la
capacidad de 200.000 km2, lo cual reduce la producción. Se calcula que las
pérdidas de la producción agrícola alcanzan a 30 millones de dólares anuales. Al igual que la erosión, la
desertificación se debe en parte a políticas agrícolas deficientes, a la falta
de incentivos para la agricultura de subsistencia, (sistemas de crédito,
asistencia técnica), como a factores externos como el peso que de la deuda que
ha incidido en que varios países privilegien la agricultura de exportación a
expensas de la producción de alimentos para su propia población.
Aunque en los últimos años la producción de alimentos ha aumentado en un
24% y su ritmo de crecimiento ha sido superior al crecimiento demográfico, este
aumento no estuvo distribuido uniformemente en el mundo. Según estimaciones del
Banco Mundial, la población que está por debajo de las condiciones mínimas de
nutrición alcanzará a 1.300 millones en el año 2.000. La mayoría de expertos
coincide que no existe escasez de alimentos sino una inequitativa distribución.
En efecto, la principal causa de la desnutrición al parecer no es la escasez
sino la falta de poder adquisitivo. Las inequidades en la distribución de
alimento se expresan a nivel internacional, nacional y local. A nivel de las
unidades domésticas algunos estudios en hogares de bajos ingresos señalan que generalmente
los varones adultos y niños son mejor alimentados que las mujeres y niñas
debido a prejuicios culturales.
b) destrucción de bosques tropicales Según estimaciones
recientes, en 1989 desaparecieron 142.000 km2 de bosques tropicales húmedos. En
los países tropicales donde hay tierras que podrían dedicarse a la agricultura,
la superficie cultivable aumenta a expensas de los bosques. En algunos casos
los que inician la destrucción de los bosques tropicales son los explotadores
de madera, a los que se suman los pequeños campesinos que generalmente migran a
estas zonas.
Junto con el crecimiento demográfico actúan otros factores como la
pobreza generalizada de las comunidades campesinas, la mala distribución de
tierras agrícolas, la inequidad en los sistemas de tenencia y propiedad de la
tierra, entre otros.
Es posible que en el futuro masas de campesinos desplazados aceleren el
proceso de deforestación mundial. Se calcula por ejemplo que hacia el año
2.030, el 80% de la población mundial que, según estimaciones será de más de
8.000 millones de personas, estará viviendo en países tropicales, lo cual
implica mayores probabilidades de destrucción de los bosques tropicales. A
medida que éstos desaparecen se reducen los bienes y servicios que se obtienen
de ellos, especialmente maderas duras, leña, aceites, fibras, frutas, etc.
En
el Ecuador se ha reportado una tasa de deforestación de alrededor de 200 mil
hectáreas por año. Entre las principales causas de la deforestación están la
pobreza, la necesidad de tierras y la ausencia de fuentes alternativas de
ingresos.
c). pérdida de la diversidad biológica
Se estima que la tierra posee unos 5 millones de especies diferentes
aunque sólo se ha confirmado la existencia de 1.7 millones. La mayoría de esas
especies vive en los bosques tropicales. Por lo tanto el problema del
agotamiento de la diversidad biológica viene aparejado con el problema de la
reducción del bosque tropical. Se ha estimado que actualmente desaparecen entre
50 y 100 especies por día, y que es posible que antes del año 2.000 se extinga
la mitad de todas las especies existentes.
d) escasez de suministros de agua dulce Si
bien el acceso al agua para consumo humano en 1990 había aumentado hasta llegar
al 75% de la población mundial y los servicios de saneamiento básivo a un 71%,
subsisten diferencias en las zonas urbanas y rurales.
En el curso de este siglo, el consumo de agua se ha duplicado por lo
menos dos veces debido sobre todo al crecimiento demográfico. Sin embargo en 88
países en desarrollo donde vive el 40% de la población mundial, el déficit de
recursos hídricos constituye ya un problema para el desarrollo. Cálculos
realizados por el Programa Hidrológico Internacional de UNESCO señalan que
"si bien en 1950 los recursos de agua dulce percápita eran abundantes,
representando más de 33 mil metros cúbicos de agua por persona por año, hoy en
día la cantidad anual disponible ha disminuido a solo 8.500 mts. cúbicos por
persona (Población y Medio Ambiente, FNUAP 1991). A
fines de 1990, se estimaba que alrededor de 60 millones de personas en América
Latina carecían de una fuente segura de agua potable. La mayoría de ellas
reside en hogares pobres situados en barrios populares. Además del suministro
deficiente de servicios en muchas zonas urbanas el servicio deja que desear. La
demanda es mayor que la capacidad de producción del sistema, la falta de
mantenimiento, las elevadas pérdidas de agua hacen que muchos sistemas
funcionen ineficientemente.
En América Latina la causa principal de contaminación de agua es la
descarga directa de desechos domésticos e industriales a las fuentes e aguas
superficiales. La ausencia de agua o la contaminación son la causa de
diferentes enfermedades. En los países en desarrollo, el 80% de todas las
enfermedades y el 90% de los 13 millones de muertes de niños que ocurren cada
año se deben especialmente a infecciones amebianas, disenterías, diarreas, que
son consecuencia de la escasez o mala calidad del agua.
El
69% del agua utilizada en todo el mundo se usa para regar las tierras de
cultivo. Entre 1950 y 1990 la superficie de riego se duplicó debido al aumento
de las poblaciones y al incremento del consumo percápita. La escasez crónica de
agua y su deficiente calidad son un obstáculo al desarrollo y un perjuicio a la
salud pública.
Género, población y medio ambiente
Las relaciones entre
género, población y medio ambiente son objeto de análisis recientes. Género,
siendo una construcción social que explica las relaciones que se establecen
entre hombres y mujeres en base a las diferencias biológicas, se intersecta con
el medio ambiente en tanto éste constituye el ámbito donde se expresan esas
relaciones. Género y medio ambiente no son categorías "naturales" ni
"estáticas", al contrario expresan relaciones históricas que se
modifican continuamente y que evidencian relaciones de poder. Es reconocido que
hombres y mujeres cumplen diferentes roles a nivel social (Moser 1989). Uno de
estos roles es el reproductivo: actividades de reproducción y mantenimiento de
los seres humanos. Hombres y mujeres cumplen diferente función en la
reproducción, y son generalmente las mujeres quienes asumen todas las tareas
inherente al cuidado y educación de los hijos y el trabajo doméstico. Debido al
rol central de las mujeres en la reproducción, la ausencia de recursos y
tecnologías que faciliten el trabajo doméstico: agua, leña, tierras, repercuten
en la sobrecarga de tiempo, trabajo y energía que deben dedicar las mujeres
rurales a la satisfacción de sus necesidades y las de sus familias. Son
igualmente las mujeres quienes usualmente han sido consideradas responsables de
la regulación de la fecundidad y a ellas se dirigen los programas de
planificación familiar. Debido a estas responsabilidades sociales que cumple
especialmente la mujer en relación a la reproducción biológica y social de la
familia y al mantenimiento de sus miembros, su función es considerada crítica
en el uso y control del medio ambiente, así como en la toma de decisiones en
materia de anticoncepción. La
idea de que las mujeres son responsables del deterioro ambiental porque de
ellas depende el número de hijos y el crecimiento poblacional, ha sido motivo
de debate en los últimos años. Esta idea ha sido en ocasiones el sustento de
programas de planificación familiar impuestos que terminan finalmente
irrespetando el derecho de las parejas, hombres y mujeres a decidir. Es preciso
enfatizar que hombres y mujeres deberían participar e intervenir en la función
reproductiva incluido el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico con igual
responsabilidad. En este sentido, las políticas hacia la familia deben
repensarse, asignando importancia a rol de los padres en el cuidado y
protección de los hijos. La Conferencia del Cairo recomienda que es necesario
"promover la igualdad de los sexos en todas las esferas de la vida,
incluida la vida familiar y comunitaria, y alentar a los hombres a que se
responsabilicen de su comportamiento sexual y reproductivo y a que asuman su
función social y familiar". En cuanto al rol productivo que incluye actividades de producción y
generación de recursos para la subsistencia, hombres y mujeres participan en
diferentes actividades manteniendo generalmente la división del trabajo por
género, en actividades segregadas. A este nivel la contribución de las mujeres
al bienestar familiar a través de su participación en el empleo y en
actividades de generación de ingresos es crucial en tanto éstos en ocasiones
constituyen la única fuente de recursos para la familia, lo cual es
particularmente cierto para las jefas de hogar. La participación femenina en el
trabajo remunerado está relacionada no sólo con sus características
individuales: niveles de educación, edad, estado civil, sino también con el
número e hijos. Mujeres con hijos pequeños o numerosos tienen menos
posibilidades de acceder al trabajo o lo hacen en condiciones precarias.
En este sentido, el Plan de Acción de la Conferencia del Cairo insta
a los gobiernos y empleadores a que eliminen la discriminación por motivos de
sexo en materia de contratación, salarios, prestaciones, capacitación y
seguridad en el empleo con miras a eliminar las disparidades de ingresos de uno
y otro sexo.
En cuanto al rol de gestión comunitaria y representación política éste incluye actividades generalmente
voluntarias de provisión y mantenimiento de servicios para el mejoramiento de
condiciones de vida a nivel comunitario. Los esfuerzos de las mujeres por
mantener a sus familias usualmente las convierte en principales proveedoras y/o
mantenedores de sistemas de agua, bosques, suelos, lo cual ha sido visto como
una condición "'natural". El hecho de que hombres y mujeres tengan diferentes roles y responsabilidades
sociales, incide en la manera como ellos se relacionan con el medio ambiente.
Sin embargo, esta relación hay que ubicarla en el contexto más amplio de los
sistemas de producción y consumo signados por intereses económicos y
políticos.
Debido a las diferentes responsabilidades
sociales de hombres y mujeres, el impacto de las actividades que cada uno
desarrolla tiene una incidencia diferente sobre el medio ambiente. De igual
forma, debido a sus roles, hombres y mujeres tienen también diferentes
posibilidades y dificultades en el acceso, uso y control de los recursos
naturales tanto dentro de la unidad doméstica como de sus comunidades. En
todo caso los roles de hombres y mujeres son dinámicos y varían en diferentes
contextos. De igual manera hay que entender que dichos roles se intersectan con
otros factores como la edad, la clase, la etnia para definir patrones en el
acceso, uso y control de los recursos.
Conclusiones:
1. Es necesario analizar
los problemas poblacionales, ambientales, de género en el contexto de los
estilos de desarrollo.
2. La necesidad de
preservar el medio ambiente no debe conducir a políticas orientadas a disminuir
el número
de pobres via el control de la natalidad, antes bien, se trata de generar políticas de desarrollo que armonicen
las necesidades de la población (calidad de vida) con el medio ambiente como fuente de recursos y de su
uso racional por las personas, todo esto en el contexto del desarrollo sustentable. 3. Los temas de población no se reducen exclusivamente a su tamaño o ubicación, sino que entraban la
preocupación por la satisfacción de las necesidades humanas básicas: alimentación, educación, vivienda,
salud, participación política y en general el mejoramiento de la calidad de vida de toda la población. En este
sentido, se trata de pensar en un desarrollo que ponga al ser humano en el centro de atención. 4. La eliminación de la pobreza constituye una estrategia central en la reducción del crecimiento poblacional.
Los esfuerzos por reducir el crecimiento demográfico, mejorar la protección del medio ambiente, disminuir las modalidades de consumo insostenible son mutuamente complementarios. 5. La modificación de las relaciones de subordinación por género y el mejoramiento de la condición y posición de la mujer constituyen elementos centrales de una propuesta de desarrollo con equidad. La participación de hombres y mujeres en igualdad de condiciones en todos los aspectos del que hacer humano, incluida la toma de decisiones en materia de anticoncepción tendrá incidencia en el éxito de los programas de población. La experiencia muestra que dichos programas tienen eficacia cuando al mismo tiempo se adoptan medidas para mejorar la condición de la mujer. 6. La planificación familiar forma parte de un enfoque integrado de salud reproductiva, donde el bienestar físico, mental y social constituyen objetivos centrales. La salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de la vida sexual y la posibilidad de decidir si se desea hijos, cuándo y cuántos. 7. En este contexto se trata de ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de procreación en un marco que favorezca condiciones óptimas de salud, responsabilidad y bienestar de la familia, respetando el derecho a decidir. Los servicios de planificación familiar de buena calidad, al alcance y disposición de quienes lo necesitan y desean, forma parte de los derechos reproductivos. Finalmente, como sostiene Gita Sen (1994) pese a los debates no concluidos y a las aparentes insolubles contradicciones entre el movimiento ecologista y el feminista, existe en realidad una base compartida de ideas y visiones de la sociedad. Los dos han levantado una crítica profunda al crecimiento económico por se como modelo de desarrollo. Los dos desarrollan métodos y experiencias en trabajo directo con organizaciones de base y promueven la participación ciudadana. Los dos creen en el poder que da el conocimiento y en el derecho de las personas a ser informadas y a participar en las decisiones que afectan sus vidas, las de sus naciones y de todo el planeta. Una mayor comprensión de las mutuas interrelaciones entre género, población y medio ambiente en el contexto de la búsqueda de un nuevo desarrollo que permita la superación de la pobreza y la equidad social y de género, puede ser la base que trascienda posiciones intransigentes y que construya la posibilidad de un mundo más feliz. Bibliografía Fondo de Población de las Naciones Unidas. 1991. La Población, el medio ambiente: los problemas que se avecinan, New York. Fondo de Población de las Naciones Unidas. 1994. Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, El Cairo. Maya, Miguel Angel(1993) "Medio Ambiente, Población y Desarrollo" en Población, Medio Ambiente y Desarrollo, Corporación Centro Regional de Población,, Memorias Seminario Taller, Bogotá. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 1994. Informe del Desarrollo Humano. Fondo de Cultura Económica, México. Sen, Gita (1994) "Development, population, and the environment: A search for balance" en Population Policies Reconsidered. IWHC, New York.
de pobres via el control de la natalidad, antes bien, se trata de generar políticas de desarrollo que armonicen
las necesidades de la población (calidad de vida) con el medio ambiente como fuente de recursos y de su
uso racional por las personas, todo esto en el contexto del desarrollo sustentable. 3. Los temas de población no se reducen exclusivamente a su tamaño o ubicación, sino que entraban la
preocupación por la satisfacción de las necesidades humanas básicas: alimentación, educación, vivienda,
salud, participación política y en general el mejoramiento de la calidad de vida de toda la población. En este
sentido, se trata de pensar en un desarrollo que ponga al ser humano en el centro de atención. 4. La eliminación de la pobreza constituye una estrategia central en la reducción del crecimiento poblacional.
Los esfuerzos por reducir el crecimiento demográfico, mejorar la protección del medio ambiente, disminuir las modalidades de consumo insostenible son mutuamente complementarios. 5. La modificación de las relaciones de subordinación por género y el mejoramiento de la condición y posición de la mujer constituyen elementos centrales de una propuesta de desarrollo con equidad. La participación de hombres y mujeres en igualdad de condiciones en todos los aspectos del que hacer humano, incluida la toma de decisiones en materia de anticoncepción tendrá incidencia en el éxito de los programas de población. La experiencia muestra que dichos programas tienen eficacia cuando al mismo tiempo se adoptan medidas para mejorar la condición de la mujer. 6. La planificación familiar forma parte de un enfoque integrado de salud reproductiva, donde el bienestar físico, mental y social constituyen objetivos centrales. La salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de la vida sexual y la posibilidad de decidir si se desea hijos, cuándo y cuántos. 7. En este contexto se trata de ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de procreación en un marco que favorezca condiciones óptimas de salud, responsabilidad y bienestar de la familia, respetando el derecho a decidir. Los servicios de planificación familiar de buena calidad, al alcance y disposición de quienes lo necesitan y desean, forma parte de los derechos reproductivos. Finalmente, como sostiene Gita Sen (1994) pese a los debates no concluidos y a las aparentes insolubles contradicciones entre el movimiento ecologista y el feminista, existe en realidad una base compartida de ideas y visiones de la sociedad. Los dos han levantado una crítica profunda al crecimiento económico por se como modelo de desarrollo. Los dos desarrollan métodos y experiencias en trabajo directo con organizaciones de base y promueven la participación ciudadana. Los dos creen en el poder que da el conocimiento y en el derecho de las personas a ser informadas y a participar en las decisiones que afectan sus vidas, las de sus naciones y de todo el planeta. Una mayor comprensión de las mutuas interrelaciones entre género, población y medio ambiente en el contexto de la búsqueda de un nuevo desarrollo que permita la superación de la pobreza y la equidad social y de género, puede ser la base que trascienda posiciones intransigentes y que construya la posibilidad de un mundo más feliz. Bibliografía Fondo de Población de las Naciones Unidas. 1991. La Población, el medio ambiente: los problemas que se avecinan, New York. Fondo de Población de las Naciones Unidas. 1994. Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, El Cairo. Maya, Miguel Angel(1993) "Medio Ambiente, Población y Desarrollo" en Población, Medio Ambiente y Desarrollo, Corporación Centro Regional de Población,, Memorias Seminario Taller, Bogotá. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 1994. Informe del Desarrollo Humano. Fondo de Cultura Económica, México. Sen, Gita (1994) "Development, population, and the environment: A search for balance" en Population Policies Reconsidered. IWHC, New York.
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