La movilidad de la población en el mundo global.
Los habitantes de los diferentes estados o países, se mueven de una región a otra dentro del país y fuera de estos por situaciones relacionadas con su supervivencia: trabajo, alimento, seguridad, vivienda, servicios, y otros factores personales o sociales que influyen en su asentamiento momentáneo o definitivo en un lugar más favorable.
Su impacto en las condiciones de trabajo .
Existen diferentes tipos de poblaciones en una determinada región: La estable y la momentánea. Estas condiciones de la población están dadas por el impacto de la misma en el trabajo.Existen trabajos estables o prolongados en el tiempo y otros que son de corta duración o de duración determinada,como la construcción de obras, cosechas agrícolas, o industrias de producción temporal.
También la actividad laboral tiene estrecha relación entre la capacitación de las personas y el ambiente donde se desempeñe,ya sea urbano o rural.
DESIGUALDADES
SOCIALES Y FRAGMENTACIÓN URBANA
DANILO VEIGA
OTRO DESARROLLO URBANO
Algunos
conceptos básicos, referidos al análisis de las desigualdades socioeconómicas a
nivel local. En este sentido, se asume como hipótesis de trabajo que existen
distintas dimensiones y manifestaciones de la globalización, que impactan
diferencialmente en la población y las áreas subnacionales, en contextos de
creciente desterritorialización de las decisiones económicas y políticas.
Por otra parte, no se consideran
válidos los argumentos de homogeneización e inevitabilidad de los procesos
globales que se manejan en distintos ámbitos, si bien puede existir, en muchos
casos, una globalización de problemas nacionales y al mismo tiempo una
“especificidad singular de ciudades y regiones”, en la medida en que se
desterritorializan cosas, gentes, valores, etc. y se fragmentan el espacio, el
tiempo y las ideas. Pero sí es importante señalar en este contexto la
existencia de redes globales que articulan individuos, segmentos de población,
regiones y ciudades, al tiempo que excluyen otros tantos individuos, grupos
sociales o territorios. Es sabido que en la sociedad de la información
asistimos a la expansión de un nuevo paradigma social y tecnológico, en el que
los países están atravesados por una lógica dual y se crean redes transnacionales
de componentes dinámicos de la globalización, al mismo tiempo que se segregan y
excluyen segmentos sociales y áreas al interior de cada país, región o ciudad.
En tal sentido, se destaca que durante las últimas dos décadas, surgen transformaciones
estructurales en las relaciones de producción, cuyas manifestaciones más claras
son el aumento de la desigualdad y la exclusión social, y la fragmentación del empleo
(Castells, 1998).se plantean las siguientes hipótesis.
Los procesos de reestructuración
económica implican la diversidad social y territorial, en la medida en que las
comunidades locales están insertas en escenarios de desarrollo desigual y consiguiente
fragmentación económica, social y cultural.
En las ciudades, se procesan transformaciones asociadas a la reestructuración
económica (desindustrialización, privatización, entre otras), cuyos impactos
más significativos son el aumento de la desigualdad y la exclusión social, y la
fragmentación del empleo.
Las tendencias recientes y actuales del mercado de trabajo –desempleo,
subempleo, informalidad y precariedad
–,junto con el descenso y/o pérdida de los
ingresos en los hogares, constituyen factores
determinantes de “nuevas formas de pobreza” y “empobrecimiento” que estimulan
la desintegración social y la segregación territorial.
Las
fragmentaciones social y territorial no son una simple consecuencia de las
desigualdades socioeconómicas, sino que son resultado de la diferenciación
social en el espacio, y constituyen procesos que se retroalimentan. En esta
medida, surgen diversas formas de segregación, como manifestaciones de la
distribución de las clases sociales en el territorio.
Los componentes socioculturales de
la segregación socioeconómica y las desigualdades son factores relevantes, en
tanto los mecanismos de exclusión social expresan imágenes y comportamientos,
por los cuales determinados grupos ignoran a otros de la convivencia, lo que
reproduce la exclusión a través de barreras reales y simbólicas.
Los déficits de integración
socioeconómica y de ciudadanía refuerzan el círculo de la pobreza y la
exclusión social y colocan al problema de la desigualdad como un tema
fundamental a enfrentar por toda la sociedad, pero fundamentalmente por las políticas
públicas.Estos procesos están redefiniendo la configuración de las ciudades y
las áreas subnacionales, y consiguientemente las desigualdades sociales en el
territorio, en la medida en que en el contexto de la globalización los
conceptos de ciudad y región adquieren un nuevo significado. Así por ejemplo,
como consecuencia de la creciente privatización de infraestructura y servicios
públicos, emergen territorios privatizados y usados, a partir de la
intervención de distintos actores locales, nacionales y transnacionales.
Por
otra parte, cabe señalar que existen otros aspectos cruciales en la
configuración y dinámica territoriales, tales como la dimensión espacial de las
relaciones sociales, en la medida en que las acciones e intervenciones de los
diferentes actores sociales se sustentan en una fracción del país –áreas,
departamentos o regiones. Ello implica la existencia de “identidades
territoriales”, como resultado de una dinámica históricamente construida e interrelacionada
con el resto del territorio. Aunque otro Desarrollo urbano.Tales aspectos son
ciertamente de difícil medición, deben considerarse seriamente a la hora de
formular programas sectoriales y locales, en la medida en que las políticas
públicas definen marcos de referencia para un área determinada y, por lo tanto,
condicionan su evolución. Así emergen diversos procesos socioculturales, con
consecuencias significativas en las ciudades y las sociedades locales, tales
como los siguientes. Incorporación de nuevas tecnologías de la
información y redes sociales. Expansión de “nuevas pautas culturales” y de
consumo. Nuevas estrategias familiares y formas de apropiación del “espacio”.
Crecientes pautas de polarización socioeconómica. Emergencia de múltiples
actores con conflictos y demandas para la gestión pública.
En este contexto, asumimos que la
fragmentación creciente de experiencias individuales que pertenecen a varios
lugares y tiempos constituye un rasgo fundamental de la vida moderna (touraine,
1997). Ello representa un llamado de atención frente al economicismo
predominante en los análisis sobre la globalización, enfatizando la diversidad
sociocultural vigente al interior de sociedades aún relativamente homogéneas.
En tal sentido, las relaciones entre la cultura globalizada versus la cultura
local constituyen un desafío para profundizar y comprender los procesos de
globalización que impactan en nuestras sociedades
(Featherstone, 1998).
Así
por ejemplo, durante los últimos veinte años, diversos procesos pautan las
relaciones sociales y la fragmentación de la vida urbana para amplios sectores
de población, y particularmente para los sectores populares, entre los cuales
se destacan los siguientes.
El retraimiento del Estado nacional, a través de crecientes privatizaciones, tercerización y pérdida del espacio público. La pérdida de “marcos de referencia y socialización tradicionales”, por los cambios en las relaciones familiares y los procesos de segregación urbana. La globalización del consumo y su expresión diferencial en las clases sociales y el espacio urbano.La debilidad de los mecanismos de representación sociopolítica y la emergencia de diversos conflictos en el territorio.fragmentación socioeconómica y desigualdades sociales: temas estratégicos de las ciudades
En el marco de estos temas de análisis, corresponde recordar que, de acuerdo a una hipótesis central sobre las denominadas ciudades globales, la transformación de la actividad industrial y la expansión de los servicios en las ciudades llevarían a una estructura social dual en la estructura del empleo y de los ingresos de la población. sin embargo, observamos que diversas investigaciones contrastan esta tendencia a la bipolarización y demuestran que se viene produciendo un aumento de la desigualdad social entre los dos extremos de la población urbana, pero de una forma no dual, sino fragmentada, con una diversificación de la estructura social y un incremento de las clases medias en las áreas periféricas. Una compilación de artículos en la revista EURE sobre los impactos de la globalización en las ciudades latinoamericanas (De Mattos, 2002) y el estudio de Buenos Aires, realizado por Prévôt schapira (2002), presentan interesantes aportes a esta discusión.
Estos fenómenos son importantes, en la medida en que reflejan la influencia en la configuración de nuestras ciudades de algunos procesos mencionados, tales como la reestructuración económica y los cambios en el mundo del trabajo, la nueva composición de los hogares, la diversificación de pautas culturales y del consumo. A su vez, dichos procesos inducen significativas transformaciones en los patrones de estratificación social, y particularmente en las clases medias, que se manifiestan en la localización de la población en el espacio urbano. De tal forma, para ilustrar estos procesos, resultan adecuados los conceptos de quartered cities (ciudades fragmentadas) –introducido por Peter Marcuse (1996)– y layered cities (ciudades en capas) –considerando que las áreas de una ciudad están separadas por espacio y tiempo, y constituyen el soporte de diferentes clases y grupos sociales que interactúan entre sí, a través de relaciones que reflejan su distancia y desigualdad social (Marcuse y Van Kempen, 2000; Veiga y Rivoir, 2001).Desde este contexto, asumimos la hipótesis planteada en la citada compilación internacional sobre Ciudades en globalización de Marcuse y Van Kempen, en el sentido de que casi todas las ciudades reciben impactos del proceso de globalización, pero su grado de participación en este no es resultado de su posición en el orden internacional, sino de la naturaleza y alcance de dicho proceso, no existiendo un grado uniforme o un modelo singular de ciudad global. Asimismo, destacamos como una de sus conclusiones más importantes que las pautas del desarrollo urbano son sujeto de control y gestión, lo que significa que no son resultado de fuerzas inmanejables o leyes económicas no controlables Ello implica, por consiguiente, jerarquizar el papel que deben asumir las políticas públicas en la dinámica de nuestras ciudades.En esta perspectiva, resulta importante urbanizar las ciencias sociales, como planteó saskia sassen en su presentación de la investigación “Ciudades transformadas, cambio demográfico y sus implicancias en el mundo en desarrollo”, en la medida en que la comprensión de los procesos sociales pasa cada día más por investigar los fenómenos que ocurren en las ciudades. En este sentido, es interesante considerar –según el informe de diciembre de 2002 de las Asociaciones de sociología Británica y Norteamericana– el conjunto de desafíos que enfrenta la sociología urbana, en relación con el análisis de los procesos que experimenta la población urbana, en los cambiantes escenarios de la globalización. Asimismo, a los procesos señalados y sus vínculos con la diferenciación y la exclusión social, es necesario recordar que desde fines de los años ochenta estudios comparativos realizados en varios países latino americanos demostraron la influencia de fenómenos estratégicos en la configuración de nuestras ciudades y en los niveles de vida de la población, como los procesos de desindustrialización, desalarización y fragmentación socio económica.
El retraimiento del Estado nacional, a través de crecientes privatizaciones, tercerización y pérdida del espacio público. La pérdida de “marcos de referencia y socialización tradicionales”, por los cambios en las relaciones familiares y los procesos de segregación urbana. La globalización del consumo y su expresión diferencial en las clases sociales y el espacio urbano.La debilidad de los mecanismos de representación sociopolítica y la emergencia de diversos conflictos en el territorio.fragmentación socioeconómica y desigualdades sociales: temas estratégicos de las ciudades
En el marco de estos temas de análisis, corresponde recordar que, de acuerdo a una hipótesis central sobre las denominadas ciudades globales, la transformación de la actividad industrial y la expansión de los servicios en las ciudades llevarían a una estructura social dual en la estructura del empleo y de los ingresos de la población. sin embargo, observamos que diversas investigaciones contrastan esta tendencia a la bipolarización y demuestran que se viene produciendo un aumento de la desigualdad social entre los dos extremos de la población urbana, pero de una forma no dual, sino fragmentada, con una diversificación de la estructura social y un incremento de las clases medias en las áreas periféricas. Una compilación de artículos en la revista EURE sobre los impactos de la globalización en las ciudades latinoamericanas (De Mattos, 2002) y el estudio de Buenos Aires, realizado por Prévôt schapira (2002), presentan interesantes aportes a esta discusión.
Estos fenómenos son importantes, en la medida en que reflejan la influencia en la configuración de nuestras ciudades de algunos procesos mencionados, tales como la reestructuración económica y los cambios en el mundo del trabajo, la nueva composición de los hogares, la diversificación de pautas culturales y del consumo. A su vez, dichos procesos inducen significativas transformaciones en los patrones de estratificación social, y particularmente en las clases medias, que se manifiestan en la localización de la población en el espacio urbano. De tal forma, para ilustrar estos procesos, resultan adecuados los conceptos de quartered cities (ciudades fragmentadas) –introducido por Peter Marcuse (1996)– y layered cities (ciudades en capas) –considerando que las áreas de una ciudad están separadas por espacio y tiempo, y constituyen el soporte de diferentes clases y grupos sociales que interactúan entre sí, a través de relaciones que reflejan su distancia y desigualdad social (Marcuse y Van Kempen, 2000; Veiga y Rivoir, 2001).Desde este contexto, asumimos la hipótesis planteada en la citada compilación internacional sobre Ciudades en globalización de Marcuse y Van Kempen, en el sentido de que casi todas las ciudades reciben impactos del proceso de globalización, pero su grado de participación en este no es resultado de su posición en el orden internacional, sino de la naturaleza y alcance de dicho proceso, no existiendo un grado uniforme o un modelo singular de ciudad global. Asimismo, destacamos como una de sus conclusiones más importantes que las pautas del desarrollo urbano son sujeto de control y gestión, lo que significa que no son resultado de fuerzas inmanejables o leyes económicas no controlables Ello implica, por consiguiente, jerarquizar el papel que deben asumir las políticas públicas en la dinámica de nuestras ciudades.En esta perspectiva, resulta importante urbanizar las ciencias sociales, como planteó saskia sassen en su presentación de la investigación “Ciudades transformadas, cambio demográfico y sus implicancias en el mundo en desarrollo”, en la medida en que la comprensión de los procesos sociales pasa cada día más por investigar los fenómenos que ocurren en las ciudades. En este sentido, es interesante considerar –según el informe de diciembre de 2002 de las Asociaciones de sociología Británica y Norteamericana– el conjunto de desafíos que enfrenta la sociología urbana, en relación con el análisis de los procesos que experimenta la población urbana, en los cambiantes escenarios de la globalización. Asimismo, a los procesos señalados y sus vínculos con la diferenciación y la exclusión social, es necesario recordar que desde fines de los años ochenta estudios comparativos realizados en varios países latino americanos demostraron la influencia de fenómenos estratégicos en la configuración de nuestras ciudades y en los niveles de vida de la población, como los procesos de desindustrialización, desalarización y fragmentación socio económica.
En
tal sentido, el aumento de la flexibilización laboral –y la precariedad–, junto
al descenso que tuvo durante los años noventa la protección social, ha sido
impactante en muchas ciudades latinoamericanas, como resultado de la pérdida de
empleos en la industria y el sector público, lo que tuvo consecuencias muy
negativas sobre los niveles de vida de la población. Asimismo, es necesario
considerar el aumento de las tasas de desempleo y subempleo, que permite
apreciar las diferencias en términos de las sociedades locales. Así, se ha
verificado la evolución desfavorable que durante el período 20012003 han
tenido el desempleo y el subempleo, siendo especialmente grave la exclusión
laboral para jóvenes y mujeres, con las consecuencias que ello representa para
la fragilidad del capital humano y, por tanto, de las comunidades locales.
Por
otra parte, asumimos la necesidad de utilizar estrategias de investigación y
análisis a nivel macro y microsocial, considerando que el desarrollo de las
ciencias sociales, y particularmente de los estudios urbanoregionales,
requiere este abordaje comprensivo e integral (Harloe et al., 1998). Así, por
ejemplo, los análisis realizados en Uruguay, tanto a nivel cuantitativo y
macrosocial como los estudios de caso cualitativos a nivel microsocial,
demuestran que las tendencias verificadas durante los últimos años a nivel del
mercado de empleo (aumento del desempleo, subempleo, informalidad y
precariedad), junto al descenso del ingreso y los niveles de vida de vastos
sectores, son factores determinantes en
las nuevas formas de pobreza, empobrecimiento de la población y desintegración
social en las ciudades, rasgos que comparten con otras áreas urbanas
latinoamericanas (en los recuadros 1 y 2 se presentan algunos ejemplos de estos
resultados, que ilustran la identificación de dimensiones de análisis y
tendencias que surgen de la combinación de estudios a nivel cualitativo y
cuantitativo).Percepción de desigualdades sociales
Estudio 1 Aumento de la brecha entre los “pobres” y los “ricos”-Diferencias de acceso a la información y las nuevas tecnologías-Diferencias de acceso a la cultura y la educación -Desigualdades en inserción laboral por falta de capacitación
Estudio 2 Desigualdades culturales a partir de la situación de pobreza-Diferencias entre la pobreza urbana y la rural-Desigualdades de nivel de vida y oportunidades locales- Estudio 3 Diferencias simbólicas evidenciadas por la presencia de turistas -Empeoramiento del nivel de vida de la clase media (cambios en estilos de vida y reducción drástica del consumo)-Desigualdades en niveles de vida durante el año -Diferencias de nivel cultural entre población local e inmigrantes -Diferenciación intraurbana -Sensación de polarización social -Mayores desigualdades al interior de las clases medias
Estudio 4-El sistema educativo no atiende necesidades de la población más pobre-Disminución de la clase media-Disminución del acceso a los servicios por aumento de las tarifas-Pasaje de la pobreza a la marginalidad -Aumento en las diferencias en niveles culturales (elites más cultas y educadas y pobres menos cultos y educados) -Distintas posibilidades de movilidad Estudio 5-Desigualdad de acceso a la propiedad local de los extranjeros frente a los ciudadanos locales -Movilidad descendiente (de propietario rural a peón)-Abandono de la educación por los jóvenes, que junto a empleos precarios y baja calificación refuerza las desigualdades-Aumento de polarización social (estratos altos fuera del departamento y aumento de sectores pobres)-Principales tendencias socioeconómicas a nivel local y urbano Incremento de las desigualdades intraurbanas y concentración socioeconómica, a partir de diferenciales de inversión, competitividad y tipo de inserción de las subáreas. Inversión privada y extranjera como estímulo de la reestructuración económica local, mediante complejos turísticos, infraestructuras por concesión de obra pública, actividades inmobiliarias, “urbanizaciones cerradas”, agroindustrias, etcétera. Migraciones poblacionales hacia aquellas áreas con capacidad de empleo, y reestructuración demográfica, mediante “nuevos flujos poblacionales” permanentes y coyunturales. Fragmentación socioeconómica y segregación residencial, asociadas con estilos de vida y pautas de consumo diferentes. Empobrecimiento de sectores y clases medias, como efecto de la precarización y fragmentación laboral, retiro del “Estado benefactor” y deterioro en los niveles de ingreso. Desintegración y exclusión social, que retroalimentan el circulo de la pobreza y colocan a la desigualdad social como un tema fundamental a enfrentar. Configuración de nuevas pautas de “cultura urbana” y “desarrollo local”, en función a la expansión de la globalización económica y el consumo. Impactos socioculturales y “emergencia de problemas sociales” asociados a la expansión de la pobreza y la segregación urbana (inseguridad, marginalidad, delincuencia, etcétera).
En síntesis, diversos análisis tanto a nivel cuantitativo como cualitativo desde la perspectiva de la población local confirman las crecientes desigualdades sociales y tendencias de fragmentación a nivel de las ciudades y el territorio, donde ciertos estratos sociales con altos niveles de vida se modernizan, incorporan nuevas tecnologías y pautas de consumo globales por un lado, y crecientemente surgen amplios estratos poblacionales con necesidades básicas insatisfechas y posibilidades de movilidad socioeconómica extremadamente limitadas, por otro. Dichos fenómenos indican que las distancias entre las clases sociales se profundizan y los encuentros entre sectores sociales distantes son cada vez menos frecuentes, a la vez que se pierden las características de sociedad integrada.tales transformaciones se expresan a nivel sociocultural, donde emergen rupturas, cambio de costumbres y “pérdida de valores”, mientras aumenta la incidencia de “lo global” en la dinámica y la cultura local, y esta última se ve fuertemente cuestionada. La sensación de inseguridad y destrucción de ciertos valores, sin que se perciba otra alternativa, y la incomprensión de las prácticas y actitudes de los jóvenes son algunos de los síntomas de este impacto. La fragmentación socioterritorial y cultural destruye espacios de integración existentes hasta el momento y no se crean otros alternativos, lo que representa un gran déficit de las políticas a nivel local y urbano; y en muchos casos no existen políticas que enfrenten estas desigualdades y su problemática a nivel de las comunidades. A partir del análisis de los problemas y desigualdades sociales y sus implicancias para el desarrollo urbano y local, surgen distintas alternativas. En primer lugar, las tendencias indican que la crisis socioeconómica requiere tomar medidas urgentes para que sus efectos repercutan y se prolonguen lo menos posible hacia las generaciones futuras. A pesar de que se implementan programas de emergencia, estos no necesariamente atacan la problemática estructural que genera problemas sociales y desigualdades de larga data. Muchas veces en América Latina se han aplicado medidas de asistencia puntuales, que resuelven situaciones críticas, pero que tienden a consolidar una cultura asistencialista, sin estimular el desarrollo y la capacidad de autosustento de la población. En tal sentido, la metodología de diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas debe ser un componente fundamental, a los efectos de incorporar la participación social, las iniciativas existentes y el diagnóstico previo y seguimiento de la situación (el Plan de Emergencia y Equidad implementado en Uruguay a partir de 2005 constituye un buen ejemplo en tal sentido).
En definitiva, en la medida en que enfrentamos un conjunto de problemas y desafíos correspondientes a contextos de globalización, fragmentación socioeconómica y crisis, necesariamente se requiere del aumento de la protección social y la implementación de políticas públicas destinadas a los grupos sociales y áreas más carenciadas. Ante ello debe enfatizarse que no es posible reforzar los mecanismos de integración social sin reforzar el Estado. Esto significa que si las políticas públicas no atacan rápidamente los factores críticos que atraviesan las ciudades latinoamericanas –tales como la pobreza, la exclusión sociolaboral y el aumento de la desigualdad– seguramente aumentarán las pautas de desintegración social y el empobrecimiento de la población urbana.
Bibliografía:
Castells, Manuel 1998 La
era de la información. Economía, sociedad y cultura (Madrid: Alianza) Vol.
3.CEPAL/PNUD 1999 Activos y estructuras de oportunidades: estudios sobre las
raíces de la vulnerabilidad social en Uruguay Montevideo
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